Conéctalo directamente a una toma de corriente mural: Evita el uso de regletas o alargadores que puedan sobrecalentarse.
No compartas enchufe con otros electrodomésticos de alto consumo: Para prevenir sobrecargas.
Desconéctalo durante tormentas eléctricas o cuando no se use: Minimiza el riesgo de daños por sobretensión.
Verifica que el cable y enchufe estén en buen estado: Nada de cables pelados, quemados o flojos.
Colócalo sobre una superficie plana y estable: Para evitar vibraciones, caídas o ruidos excesivos.
Mantén al menos 30 cm de espacio libre alrededor del equipo: Favorece la correcta circulación de aire.
No lo instales cerca de fuentes de calor, humedad o materiales inflamables: Podría afectar su rendimiento o provocar accidentes.
Asegúrate de que el tubo de evacuación de aire caliente esté bien conectado y sellado: Así evitas fugas de calor y entrada de aire del exterior.
Limpia el filtro de aire periódicamente: Mejora la eficiencia y evita acumulación de suciedad y bacterias.
No manipules el interior del equipo: Para tareas técnicas acude a un servicio autorizado.
No tapes ni bloquees las rejillas de entrada o salida de aire: Podrías forzar el compresor y dañar el equipo.
Supervisa su uso prolongado: Aunque diseñado para muchas horas, es recomendable apagarlo de vez en cuando para evitar sobreesfuerzos.
No dejes que niños pequeños manipulen el aire acondicionado: Especialmente los controles o el tubo de aire.
Evita dirigir el flujo de aire frío directamente al cuerpo durante mucho tiempo: Puede causar molestias musculares o resfriados.
Instala el tubo de extracción correctamente si usas adaptadores de ventana: Evita entrada de insectos o calor exterior.